sábado, 18 de enero de 2014

CAPITULO 3: Caitlin



Bueno, me voy a presentar, soy Caitlin Fedder, también llamada morticia, según mis primos, Cat, según Clare, amiga, según Harry, impresionante según Danny, Caticat según Alex y obsesionada según mis padres. En fin, lo normal en alguien como nosotros.
Algunos motes son de cariño y otros despectivos, pero es lo que hay si estas loca, chiflada, aunque solo las mejores personas lo están.
Esto comenzó cuando yo tenia unos 5 años, estaba en el colegio, en California, os lo podréis imaginar, playa, surf, fiesta...  pero esto no fue asi, todo lo contrario, en fin, aunque me cueste recordarlo ahí voy.
Yo tenia 5 años e  iba a preescolar, la profesora encontró una mariquita en una rama del árbol cercano a mi clase, y como todos los niños pequeños, querían la mariquita, todos querían cogerla, menos yo, yo solo disfrutaba viendo aquel animalejo corretear por el dedo de la profesora, recuerdo que se me encendían los cachetes y una sonrisa de oreja a oreja inundaba mi cara.
La profesora veía que todos querían aquel animalillo entonces aquella mujer decidió dármelo a mi, mala opción. Metió a la mariquita en una cajita con agujeros y me la tendió en la mano. Estaba nerviosa y feliz, al llegar a casa, quería contárselo a mis padres, colocármela en el dedo, pero eso no fue posible, cuando llegue a casa, la mariquita había muerto. soy pésima hasta cuidando animales. Después de la mariquita tuve 1 hámster, este almenos duro 3 semanas, pero acabo muriendo en mis brazos, soy como la anti midas, todo lo que toco muere... aunque no son solo animales.
Cuando cumplí 15, mi abuela, que vivía en Londres se puso muy enferma y tuvimos que trasladarnos de California a  Brampton, un pequeño pueblo de Inglaterra. En Brampton todo era diferente, muy diferente a California, aunque la suerte nunca ha estado de mi lado ni sigue estándolo, mi abuela murió a los 2 meses después de mudarnos. Para mi, mi abuela lo fue todo, perderla fue un gran trauma, sobretodo pensar que la muerte estaba cerca de mi familia, pensar que mi madre o mi hermano podrán morir de un momento a otro me aterra, me aterra pensar de que en otro lugar del mundo esta muriendo gente.
No quiero perder a las personas que me importan, no quiero que la muerte me arrebate todo lo que quiero, ni mucho menos morirme yo.
Mi miedo fue creciendo y se convirtió en una fobia, fobia a la muerte.
Mis padres cada vez se preocupaban mas, no comía, solo me encerraba en mi habitación y no quería hablar ni tocar a nadie, aunque era mucho peor cuando alguno de estos se  iva aunque solo fuese a comprar el pan, me pasaba dia y noche pidiéndole a mi dios inventado que cuidara de mi familia, que no muriesen desangrados al sacarse sangre o en un accidente de coche...
Tan grande se fue convirtiendo mi fobia que mis padres decidieron meterme en el psiquiátrico este a cargo de a saber quien y con otros chicos marginales como yo.
Al principio no quería compartir habitación con nadie por el simple hecho de que se ria de mi fobia, pero asi debía ser y yo era la menos indicada para cuestionar esa norma.
Habitación 105 oi decir a a quel hombre. Di una vuelta por todos lados hasta que no la encontré y decidi preguntarle a un chaval con pecas que se encontraba con una guitarra cantándole a los demás pacientes.

-Eh.. hola, soy Caitlin Fedder, la nueva, ¿sabes donde esta la habitación 105?
-si! es en este pasillo girando a la izquierda, allí veras a una chica rubia tumbada en la cama, te recomiendo que llames fuerte porque seguramente tendrá los cascos puestos.
-gracias..
-Por cierto, soy Danny, encantado Caitlin.

Tras contestarle con un igualmente me dirigí a la habitación y en efecto, allí estaba aquella chica de cabellos dorados tumbada en la cama escuchando música, pero esta vez me abrió a la primera llamada, por su cara de sorpresa pude deducir que no me esperaba allí.

-Hola, soy Caitlin, tu nueva compañera.
-Clare, encantada, allí tienes tu cama, esta hecha por si viene alguien asique no tienes que pedírselas a Gerard.
-Gracias..
Tras mucho rato juntas, por fin nos dignamos a hablarnos, Clare es alguien única, tiene miedo de ser ella misma, miedo a perder a alguien importante como yo.

-esto... Cat, porque estas aquí?
-Fobia a la muerte, a perder a la gente que quieres, pronto moriremos y...
-Te entiendo, no en todo pero en la mayoría.
-Y tu?

No debí de preguntarle eso, Clare se subió su camisa dejándome ver unos gran cortes en sus muñecas, eran impresionantes, parecían rallones hechos a boli, me dejaban impresionada.

-Clare, son muy profundas, como te las has hecho?
-Amando, el amor duele, no te enamores nunca, incluso de alguien a quien creas perfecto, hazme caso.

¿incluso alguien a quien creas perfecto? ¿se refiere al chaval de pecas de esta mañana? no quiero decir que sea perfecto solo que... era diferente a los demás.

Ahora estar aquí con Clare ya no me da miedo, me da satisfacción, aquí estoy bien, valoro mejor la vida, tengo amigos,  es diferente contar como me encuentro aquí con palabras exactas, y creo que no soy la única, ya que Clare, acabó rompiendo su faceta de chica dura y ahora cree en el amor, pero no todo es gracias a mi y a Alex, la chica que entró aquí después de mi,  y cierto chico de ojos azules también ayudaron mucho a que Clare aprendiese a ser feliz.





1 comentario:

  1. Buenas buenas noches! He de decirte que me ha encantado.
    A ver yo creo que por su fobia a la muerte, Caitlin no está loca ya que es un miedo que todos tenemos.me gusta la frase que dice sobre los chiflados... Estoy con ella, las mejores personas no son las más cuerdas. No sé por qué será así...
    Luego, me da mucha penita que se sienta como Midas, pero hay veces que ocurren cosas así, aunque a una chica tan joven le amarga la existencia, tanto que surge nuestra querida Caitlin.
    Danny parece el Hermes del hospital, porque va cotilleando por todas las habitaciones... ¿Sabes que le he sacado parecido a Augustus de Bajo la misma estrella? (No preguntes)
    Y por otro lado, creo que ella y Claire se van a llevar muy bien.
    Un besito y siguiente ya!!!

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